martes, 27 de noviembre de 2012


Parece facil :
sentarse frente a esta ventana
ver la sombrilla balancearse al final del verano
y dejar que entre el sol por los vidrios llenos de dedos.
Todo esta marcado aqui.
Estoy  perpleja y acorralada en un rincon,
lo miro  hacer
naturalmente, hacer :
poner, sacar,
guardar adentro de
clasificar
lo que para mi no puede separarse.
La distancia es apenas una pregunta.
Lo miro actuar y quisiera tener su determinacion,
el futuro no le pide certezas
Alcanza con que la mesa quede menos lejos
y que el banquito pueda arrastrarse hasta la cabecera
Despues, solo es cuestion de trepar

miércoles, 12 de septiembre de 2012

De la serie  A la sombra del puerperio


Trabajar, salir de paseo,
arreglar ese vestido del viernes para el sábado
lograr que no se noten mis tetas enormes
detrás del escote que cosías a mano.
El consuelo de tu palma peinaba hacia atrás
mi cabellera que siempre te gusto rubia:
un color se quita fácil.
Tuve la sensación de que lo podías todo
mi certeza de tu estar al lado
firme puesta en escena de tu voluntad
y la manía de saber.
Los cambios no son siempre para bien
Perdí la sombra que aun en desacuerdo
seguía mi paso
para tomar el atajo que me recupere
antes de la caída o al pie del precipicio
No sé si te entiendo,
ya tampoco me deshago frente a la prueba evidente
de que esta también sos vos.
Leo una y otra vez la obra de Williams
intento dar con la clave que no salvo a Blanche.
Siempre quiero rescatarte
sin apostar al cambio, sin insistir en devolverte
a tu lugar para mi,
hago lo posible por extender el juego
y de regreso,
te miro igual que a mi hijo.
De anverso y de reverso
me he vuelto madre.

viernes, 22 de junio de 2012

21/06/2012

Me miro en las fotos de antes
busco mi clave,
una constante a la particularidad de una época.
La llegada de un hijo,
el cambio de país,
un hombre que era distancia.
Registro mi risa liviana,
el pelo mejor peinado que ahora
y un maquillaje impecable.
Vuelvo,
recuerdo personas que aunque lejos
me sostienen.
Descubro que esa soy yo
y que a la vez he dejado de serlo.
Me miro con ternura
como a Martin en las mañanas
cuando hambriento me llama desde la cuna y no llora,
me sonríe alzando los brazos
pleno de confianza en el avenir inmediato.